Washington, 20 jun (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció hoy que firmará una orden para poner fin a la separación de las familias de inmigrantes en la frontera, una situación que desató fuertes condenas contra su gobierno.
Firmaré algo dentro de poco que mantendrá a las familias unidas en la frontera, expresó el mandatario durante un encuentro con legisladores republicano en la Casa Blanca, pocos días después de que su administración indicara que la solución del problema solo estaba en manos del Congreso.
El gobernante no dio detalles de inmediato sobre el contenido de la orden, pero sostuvo que se enfrentaba a un dilema ante lo que él considera políticas débiles de control fronterizo que permiten el ingreso de demasiados inmigrantes indocumentados al país.
«Pero tenemos compasión, queremos mantener a las familias unidas», dijo el jefe de la Casa Blanca, cuya política se aplica hace más de un mes y ha recibido calificativos de cruel, inmoral y vergonzosa.
De acuerdo con el presidente, su acción deberá estar acompañada después con leyes en la materia por parte del Congreso y volvió a acusar a los demócratas de obstruccionismo, como ha hecho todos estos días para justificar las decisiones de su administración.
Varios medios informaron que la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, trabaja con abogados de la Casa Blanca para redactar la acción ejecutiva que ponga fin a la práctica de sacar niños del lado de sus padres, mientras estos últimos esperan ser enjuiciados por entrar ilegalmente al país.
El documento instruirá a su Departamento mantener a las familias unidas y le indicará al de Defensa que ayude a albergarlas, porque muchos de los centros de detención están al máximo de su capacidad, informó una fuente citada por el portal digital Politico.
La situación actual se generó a partir de la aplicación desde mayo de una política conocida como tolerancia cero, que implica el procesamiento criminal de todas las personas que lleguen ilegalmente a Estados Unidos.
Cifras oficiales hablan de más de dos mil niños afectados por la separación familiar, lo cual levantó críticas tanto de demócratas como de republicanos, además de líderes religiosos, pediatras, organismos internacionales, exprimeras damas y organizaciones de derechos de los inmigrantes, entre otros.
Ante tanto escrutinio, la estrategia del jefe de la Casa Blanca ha sido culpar a los demócratas, al acusarlos de obstruccionismo en el Congreso cuando él mismo tenía la autoridad para cambiar la condenada medida.